Introducción a la meditación
Dentro del esquema de Raja Yoga, la meditación ocupa un lugar preferente, siendo un elemento que mejor define la esencia de este sistema. Todos los esfuerzos del yogui se encaminan hacia la consecución del estado meditativo. Para ello primeramente se adiestra en el dominio de la postura, observación y regulación de la respiración, la interiorización y la concentración. Cuando se han perfeccionado los pasos anteriores, cesa el esfuerzo y la experiencia meditativa brota naturalmente.
La meditación no es un fenómeno misterioso o extraño. Es la unificación de todos los rayos de la conciencia, la actualización de la potencia mental que permite penetrar en la esencia de todas las cosas. Todo ser humano experimenta el estado meditativo de forma espontánea u ocasional en algunos momentos a lo largo de su vida. A veces contemplando un paisaje, escuchando la música, en la relación amorosa, en situaciones de emergencia, caminando por el bosque o en el momento más inesperado. Son estados de meditación espontanea que se desvaneces con la misma facilidad que aparecen, pero siempre dejan un aroma, una resonancia interna, la sensación de haber vivido plenamente al menos durante unos instantes. La más característico del estado meditativo es que cesan el pensamiento y los condicionamientos mentales, quedando solo la experiencia directa. Un conocimiento intuitivo de la interconexión de todas las cosas que en la realidad habitual percibimos separados debido a la información que nos suministran los sentidos y la dinámica dual del pensamiento.
Es importante resaltar que la verdadera meditación no puede ser practicada sino que más bien sucede naturalmente cuando se dan las condiciones necesarias. Cuando muchos adeptos manifiestan que practican la meditación lo que realmente están diciendo es que realizan prácticas de interiorización (pratyahara) y atención-concentración (dharana). La meditación surge cuando la concentración se prolongo un tiempo determinado. El practicante no puede obligar o forzar el estado meditativo, lo mismo que no puede forzar el sueño. Mediante las prácticas de interiorización y concentración se prepara la situación idónea para que la meditación suceda naturalmente.
Efectos y beneficios de la meditación
Durante la práctica de meditación se producen importantes modificaciones en algunas funciones fisiológicas y en la actividad cerebral. La meditación beneficia todas las estructuras y niveles de la persona: los aspectos físicos, emocionales, mentales y espirituales. A continuación enumeramos sus repercusiones más importantes, así como los cambio que genera en la actitud y vivencias del practicante.
– Reduce el consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono.
– Reduce las constricción de los vasos sanguíneos, intensifica la circulación.
– Disminuye la concentración de lactato en la sangre – la substancia que está asociada a los estados de ansiedad y tensión.
– Aumenta sensiblemente la resistencia eléctrica de la piel (la resistencia alta está asociada con relajación, y baja – con tensión).
– Equilibra la actividad del sistema nervioso.
– Incrementa la actividad del hemisferio derecho del cerebro, que es responsable de la orientación en el espacio, la creatividad, la intuición, el conocimiento holístico, etc.
– Proporciona una profunda relajación física, emocional y mental.
– Mejora la salud y estimula los procesos autocurativos.
– Genera vitalidad, aumentando las reservas de energía y el uso productivo de éstas.
– Incrementa la resistencia al estrés y a los desordenes psicosomáticos.
– Mejora la calidad del sueño e induce niveles de descanso más profundo, que proporcionan la regeneración de todas las células del cuerpo.
– Regulariza el conjunto de funciones fisiológicas.
– Proporciona estabilidad nerviosa e erradica la dependencia de tranquilizantes, somníferos y drogas.
– Activa los chakras.
– Potencia el sentido común y el sentido del humor.
– Purifica la mente. Elimina todo tipo de bloqueos, fóbias, complejos, miedos, traumas, ansiedad, tensión mental, etc.
– Proporciona un estado mental claro, sereno, objetivo y ecuánime.
– Aumenta la percepción, la atención y la concentración.
– Desarrolla el estado de alerta y presencia en el aquí-ahora.
– Despierta la creatividad.
– Genera las cualidades y emociones positivas: amor, generosidad, solidaridad, desapego, comprensión, compasión, etc.
– Proporciona confianza y seguridad en uno mismo.
– Mejora el desarrollo de las actividades cotidianas (estudio, trabajo, deporte, etc) y relación con los demás.
– Genera una actitud de apertura mental y psicológica.
– Desarrolla el conocimiento de uno mismo, la consciencia espiritual y lleva a la experiencia del Ser, el samadhi.
(Del libro «Claves del Yoga» por Swami Digambarananda Saraswati)
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